Artista autodidacta, su primer contacto con el arte fue en Polonia, en el ambiente bohemio y artístico de los años 70.

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Empezó pintando en pastel sobre papel, una técnica que adoptó durante mucho tiempo, encontrándose en el estilo hiperrealista primero, al que considera su escuela de pintura, para luego volcarse al surrealismo.

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Sin embargo durante años se dedica también a otras cosas que le alejan de lo que siempre fue su vocación.

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Después de pasar gran parte de su vida en Argentina vuelve a Europa y conoce Begur, un pequeño y romántico pueblito en la Costa Brava que la enamora con su belleza. Al mudarse allí se ve impulsada por volver a pintar.

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Deja atrás el pastel y su antiguo estilo y empieza a experimentar con acrílico sobre tela, para seguir enseguida con óleos y otras técnicas.

En una avalancha de ideas se identifica con cada uno de los nuevos estilos para luego descubrirse en el siguiente.

Este proceso la conduce hacia el estilo abstracto en el que disfruta trabajando durante algunos años.

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Atraída por la libertad de la expresión que ofrece y fascinada por la textura, utiliza diferentes elementos (orgánicos, reciclados, etc…) para la creación de sus obras.

 

Posteriormente descubre lo que ella llama el surrealismo abstracto. Es en este estilo, donde mejor se define y expresa su personalidad artística, al lograr combinar su natural inclinación hacia el surrealismo con la magia encontrada en el abstracto.

El encanto ejercido en ella por la textura despierta su curiosidad hacia otras formas de arte, y poco a poco comienza aplicarla en objetos.

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En principio se dedica a transformar deteriorados marcos de espejos en obras de arte. Usando como la base papel maché, elabora una técnica propia, creando diseños utilizando elementos parecidos, a los que antes utilizaba en los cuadros.

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Al descubrir el cemento, se aventura en la escultura.

Actualmente trabaja este material realizando curiosos y únicos en su estilo elementos decorativos.

Lo que está por venir… es impredecible.